lunes, 14 de marzo de 2016

"UNA HOGUERA EN LOS PÁRPADOS": VERSOS QUE TRANSITAN POR LABERINTOS EXISTENCIALES



Una hoguera en los párpados

Marta Domínguez Alonso

Olifante. Ediciones de Poesía, Zaragoza, 2015, 59 páginas.



   No era necesario que Marta Domínguez intentase captar la benevolencia lectora mediante un poema que, desde el pórtico introductorio, nos ofrece sus palabras, nos invita “a todos los viajes del mundo”, nos brinda, en fin, sus abstracciones. Y no era preciso porque sus versos sí que son “de ascenso al cielo”, como la obra perdurables de los buenos poetas: esos y esas poetas capaces de convertir las palabras en el gran milagro y en la gran verdad del mundo, como acertadamente reiteraron los clásicos de mi tierra. Porque denotan, en el acto escritural y en el placer de la lectura, la presencia de los maravilloso en la vida cotidiana. Se ha escrito, en más de una ocasión, que percibir el universo con su entera carga profunda de sensaciones y significados para descorrer el velo de la realidad, frecuentemente inasible, es la condición esencial para escribir poesía. Y a esta develación   no es ajena  la joven poeta aragonesa Marta Domínguez, una voz fresca y poderosa en la actual lírica española, tal como lo acreditan todas las secretas substancias de este libro.

   Un poema no es nada, pero puede serlo todo, escribió con acierto Pedro Salinas, porque cuando es algo más que vacuas palabras rimadas o no, que obligan al poeta a decir lo que no quiere, se convierte en el mejor instrumento humano para apropiarnos de la realidad. Y eso percibo e identifico en los poemas que Marta Domínguez nos brinda en este su segundo poemario.

  Un poemario en cuya primera parte (“Del lado de la Tierra”) es reconocible una obra de pensamiento, el lugar de la lengua donde se ejerce una proposición sobre el ser y sobre el tiempo, tan frecuentados por los poetas de la “edad de los poetas”, como afirma Alain Badiou. No cabe duda de que en muchos de los poemas de Una hoguera en los párpados, su autora ocupa el lugar de los “amantes de la sabiduría”. Entonces, ¿poesía metafísica? Sí y no, porque la poesía que nos ofrece Marta Domínguez poco o nada tiene que ver con los poetas metafísicos ingleses del siglo XVII, cuyos versos se orientaban a captar más la razón que las emociones, y en cuyas antípodas se sitúa la poesía de Marta Domínguez que no desdeña, sin embargo, la conceptualización, ni aquellas palabras e imágenes que le permiten penetrar en los insondables territorios del ser. No del ser metafísico, sino del ser existencial, el Dasein, esa entidad que cada uno de nosotros es por sí mismo y que está aquí en el mundo, en el decir de Heidegger. Y con esos versos entreverados de lirismo y de pensamiento, la voz poética de Marta Domínguez es capaz de incendiar nuestras noches, porque nos alertan de que somos “mil formas de morir”, “un maniquí que se prueba el sudario”, de que “navegaremos río arriba / al lugar alto / donde conviven ratas y palomas.” (página 21). Versos arraigados en nuestra dimensión existencial, que exploran nuestra finitud, con los recursos luminosos, unos contenidos, abiertamente sensuales otros, y las fuerzas mágicas del decir poético. Un decir poético que guarda “una hoguera en los párpados”, guarda memorias, vivencias. También “los viejos rencores en las sábanas de todos los ajuares” (página 24). No están ausentes de este poemario la queja, la denuncia y la reivindicación social y política. Poemas tan bellos, tan crudos y tan sutilmente combativos como “Oriente próximo” o “Sur” así lo confirman. La voz poética abandona entonces el tono mesurado para convertirse en explosión, en denuncia radical de las vilezas del presente.

   Una corta segunda parte (“Monólogo de amor”) a la que dan contenido y forma tan solo tres poemas, nos conduce por las llamas del erotismo. Versos transitados por el “pathos” amoroso, por esa “ubris” psico-afectiva constitutiva de nuestra especie y que hallan su plenitud en los estados amorosos que transforman las experiencias humanas en momentos, quizás precarios, aleatorios, pero que vivimos como óptimos y supremos, hasta llegar a “llorar estrellas encendidas” (página 41).

   La última parte del poemario (“De otros lados”), generosa de nuevo en originales creaciones poéticas, es una exploración, desde la memoria, desde vivencias y experiencias, del propio yo poético: el yo lírico experimenta las horas bizarras del delirio, ve el mundo que arde en las alturas, se siente vaciado por dentro o es consciente de correr quizás tras señales náufragas…, pero sin desprenderse de esa servidumbre y a la vez dicha existencial que marca la tonalidad de todo el poemario.

   No desprecia la poeta los privilegios fonocéntricos, pero no es cautiva ni de la métrica ni de la rima, generadoras muchas veces de mares de versos aprisionados. Versos libres los suyos que le otorgan mayor importancia a otras dimensiones, figuras afortunadas por las que el discurso en la expresión de las ideas, de los pensamientos y sentimientos se aleja de expresión simple o común, como las definió Fontanier. Versos libres para expresar los vivido o lo soñado, pero que jamás renuncian a la forma. Porque el verdadero poema siempre tiene forma. Y la voz lírica de Marta Domínguez asume con éxito el reto de crear nuevas formas para sus poemas, esculpiendo, estirando, engrosando las posibilidades de la lengua, la verdadera patria del poeta.



Francisco Martínez Bouzas



                                                     
Marta Domínguez Alonso

Selección de poemas



ECCE HOMO



“Soy humana,

he aquí la muestra de mi necesaria humanidad,

soy una plegaria hecha de escombros en Nepal,

una huella en el Atlas, como garras que se agarran a la roca,

un surco de tu piel, pequeña,

una sierra escarpada donde hallar múltiples muertes,

soy mil formas de morir,

miles de entrañas, una boca asombrada en la boca del lobo,

soy gotas que titilan en la hoja

de este castaño que aquí ves,

diminutas gotas a punto de extinguirse.

Soy la piedra arrojada contra el tanque,

una nana a medias en Ramalah.

Soy un grito ahogado en Lampedusa.

El botón-ojo que mira alucinado,

de un muñeco de trapo,

un maniquí que se prueba el sudario.

Soy humana,

he aquí la muestra de mi necesaria humanidad.”



…..



ENTRE TUS PIERNAS


“Entre tus piernas

el sol

reflecta rayos de oro.

Y yo me duermo sosegado por el mar

desde el otro lado del contorno de tus senos.

Por llegar a ti, cruzaré cada noche el Helesponto

como un Leandro de pies desorbitados.

Quiero ser estrella arrinconada, anidando dentro de tu ombligo

y deshojar tu risa a cañonazos,

tirar del hilo de Ariadna de tus labios,

lamer la salvia que escurre por tu pecho

y llorar estrellas encendidas

por las noches que no pueda ofrecer

tu cuerpo en algún templo.

En mi plegaria, tu sexo,

que otro tiempo tomé como tributo.

Tu sangre es el cáliz del deseo

que beberé del surtidor preciso

y del anhelo de saberte mía,

arrancaré tus piernas del espejo.”



…..



NIHILISTA



“Me pidieron que hablara sobre flores

pero solo puedo escribir entre las brumas.

Mi danza es nihilista,

atiende siempre al compás del azar.

Subida en hombros de gigantes

veo el mundo que arde en las alturas,

y desdigo a dios jugando con mis dados.



Hambre de justicia tras la plaga

de langostas en el maizal.

Solo ha caído una gota,

solo hay espacio para esta lágrima

surgida de un ojo en vertical.”



(Marta Domínguez Alonso, Una hoguera en los párpados, páginas 18, 41, 47)

4 comentarios:

  1. Exquisita poesía de esta autora, que me ha dejado impresionada, es su expresión libre y llena de vocabulario mágico,que seduce al lector, dejando un buen sabor a excelente poesía y muy profunda, gracias por compartirme tan bello y fresco talento, preciosa tu reseña, te dejo un gran abrazo.

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  3. Tu buena reseña nos abre primero la curiosidad de zambullirnos en este mar poético con versos que llevan un contenido propio en cada uno de ellos, como una carga preciosa que tiene la bondad de alargar desde su pluma, un regalo de magia y a la vez de contagiosa y verdadera realidad.
    Y después nos permites "rumiar" esos versos para la profunda reflexión que se dará una vez hecha su lectura y repetido su música hasta el infinito, en el pensamiento del lector.
    Valiente, original, exquisita poesía.

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