domingo, 21 de diciembre de 2014

"ANTICHRISTA": UNA VIDA EXPROPIADA



Antichrista

Amélie Nothomb

Traducción de Sergi Pàmies

Editorial Anagrama, Barcelona, 131 páginas

(LIBROS DE FONDO)



    Ningún lector de Amélie Nothomb desconoce que la escritora belga (Etterbeek, 1966) es una verdadera grafómana. La novela que comento, es la doceava de una serie que en este momento alcanza las veintitres. Treinta y ocho contabilizando novela breve y relato. Antéchrista, en la versión original editada en Francia, es su novela anual correspondiente al año 2003. Dos años después, Anagrama nos la permitía leer en español. Su empeño narrativo ya ha sobrepasado su propósito de publicar veinte novelas en otros veinte años y posteriormente alejarse de la escritura y vivir de las rentas.

   La amplia nómina de la narrativa en formato novela de la escritora dio comienzo en 1992 con Hygiène de l’assassin y prosiguió cada año con absoluta puntualidad -suele escribir cuatro novelas cada año, de las que publica una, dos en los últimos tiempos-,  asegurándose sobre todo un público juvenil. El gran éxito le llegó con la novela que hizo el número octavo Stupeur et tremblements (1999), con la que logró  el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa; una novela  que vendió más de un millón de ejemplares. En agosto de 2014 publicó su, por ahora, última obra, Petronille, en la que se adentra claramente en la autoficción.

   La prosa de Amélie Nothomb no solamente seduce en Francia a un público joven. En 2003, por ejemplo, los alumnos gallegos de bachillerato le otorgaron el Premio Arzebispo Juan de San Clemente a Metafísica de los tubos, de la autoría de esta escritora, uno de los fenómenos literarios más llamativos de las últimas décadas. Porque Amélie Nothomb sabe responder con inaudita complicidad a los interrogantes de nuestra época, interrogantes que modela y traduce en novelas y ficciones breves, pero muy  contundentes, “tan alejadas de lo  insubstancial como del academicismo”.

   Antichrista pertenece a la línea narrativa en la que Amélie Nothomb se basa en temáticas autobiográficas, sumergiéndose en sus propios fantasmas, en su pubertad anoréxica, por ejemplo. La novela ofrece un retrato gélido, crudo y despiadado de la adolescencia y de sus difíciles equilibrios; de sus pesadillas, turbulencias y terrores. Todo ello escenificado mediante dos protagonistas. Una de ellas es Blanche, que  ejerce al mismo tiempo de voz narrativa, temerosa, torpe, sumisa (“gato sumiso” es su propia autodefinición). La otra es su antítesis, Christa, un personaje seductor, asombroso, narcisista y mitómano. Y como fondo, una historia: la de una vampirización sin sangre y sin colmillos. Blanche tiene dieciocho años, no se acepta a si misma, piensa que tiene un cuerpo horripilante  y considera que es muy normal que ninguna chica quiera ser su amiga. Estudia en la Universidad de Bruselas, igual que Christa a la que admira y con cuya amistad sueña a todas horas. Hasta que un día se produce el gran milagro: la chica dotada de inmenso poder de seducción la saluda y habla con Blanche, que deja así de ser invisible.

   Es entonces cuando da comienzo una historia de sumisión, de expropiación, de destrucción de la propia personalidad. La autora la visibiliza recurriendo a una figura clásica del cine y de la literatura de suspense: el intruso. Christa vampiriza a Blanche apoderándose de su habitación de su cuerpo, de sus libros, incluso de sus padres. Sin embargo la víctima consigue poco a poco romper la destructiva inercia del dominio psicológico y reacciona. Decide rebelarse y lo hará de verdad cuando descubre que Christa es el mal, un metafórico anticristo.

   Como en obras anteriores, el lector hallará en Antichrista todos los ingredientes de la escritura de Amélie Nothomb y también sus fórmulas narrativas: una escritura ligera, dialogada casi siempre, y un estilo inconfundible, construido a base de miradas incisivas, frecuentemente crueles e impávidas, llenas de ironía y cinismo espontáneo, nunca premeditado. Escritura directa que no se pierde en adornos superfluos pero que bucea y profundiza en la trayectoria psicológica de los personajes.



Francisco Martínez Bouzas



Amélie Nothomb


Fragmentos



“Dieciséis años de soledad, de odio a uno mismo, de miedos no formulados, de deseos nunca alcanzados, de dolores inútiles, de  enfados que no conducen a nada y de energía por explotar estaban contenidos en aquel cuerpo.

Los cuerpos tienen tres posibilidades de belleza: la fuerza, la gracia y la plenitud. Algunos cuerpos milagrosos consiguen reunir estas tres características. El mío, en cambio, no poseía ni un solo gramo de aquellas tres maravillas. La ausencia era su divisa: era la expresión de una ausencia de fuerza, de una ausencia de gracia y de una ausencia de plenitud. Parecía el grito de un hambriento.

Por lo menos aquel cuerpo nunca expuesto al sol hacía honor a su nombre: blanca era aquella cosa enclenque, blanca como el arma del mismo nombre, aunque mal afilada, con el filo dirigido hacia dentro.”



…..



“El año prosiguió tan mal como había empezado. Antichrista no dejaba de extender su reino. Nada se le resistía: en la universidad, en casa, los seres y las cosas veían en ella a su soberana.

Mi degradación parecía no tener límites. En mi habitación, Christa había tomado posesión de la casi totalidad del armario: mis cosas habían quedado relegadas al cajón de los calcetines, convertido en mi último bastión.

Aquello parecía no bastar a la necesidad de expansión territorial de mi verdugo: la cama plegable, que se había convertido ya en el lugar donde todavía tenía el derecho de dormir, estaba constantemente cubierta por un farrapo de ropas antichrísticas.”



(Amélie Nothomb, Antichrista, páginas 18, 94)

2 comentarios:

  1. Apasionante, amigo. No la conocía. Gracias a ti cada día descubro tesoros literarios que mi ignorancia clautrofóbica ni adivinaba. Te debo la esperanza de que la escritura gozará de buena salud al menos durante el tiempo que me quede en este mundo. Un abrazo,.

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